El artículo hace referencia a una experiencia relacionada con el uso de un asistente matemático, en la docencia de las matemáticas. A través de la discusión de algunos ejemplos se argumenta que es posible utilizar el asistente matemático de forma adecuada o inadecuada. Se concluye que se debe utilizar con precaución la innovación que el asistente matemático puede proporcionar revisando sus posibilidades y teniendo en cuenta los propósitos de la enseñanza.