No soy matemática y aunque en mi condición de maestra y pedagoga no me siento ajena a la reflexión sobre la importancia formativa, instrumental y funcional de las matemáticas, así como las dificultades de la enseñanza y aprendizaje de las mismas, es mi circunstancia de estar casada con un profesor de matemáticas la que más me ha propiciado el acercamiento a esta disciplina y en todo caso es dicha circunstancia la que da una información más genuina sobre el mundo de los matemáticos y la que me ha hecho tomar la iniciativa de escribir estas líneas para hacer mi particular reconocimiento a las personas que os dedicáis a la enseñanza de esta siempre difícil, además para vosotros apasionante, ciencia.
