Contar resulta, en cierto modo, consustancial al ser humano. El acto de contar lleva, a través de un proceso de abstracción, a la idea de los números naturales. En un contexto discreto, de colecciones de objetos, las operaciones básicas (cuando están permitidas), la relación de orden asociada a la cardinalidad, etc., tienen un sentido intuitivo muy claro.