En el texto se hacen reflexiones que permiten considerar las matemáticas como área idónea para enseñar a pensar a los niños en la escuela primaria. Se analiza la necesidad de cambiar las practicas tradicionales, diseñando actividades centradas en los procesos y no en los productos. Desde este planteamiento se establece el paralelismo que existe entre la formación de los conceptos matemáticos y la del pensamiento reflexivo. Se estudia cómo las matemáticas favorecen la adquisición de las diversas capacidades, para terminar revisando, de forma detallada y con ilustraciones practicas, los elementos intelectuales que un adecuado planteamiento matemático permite desarrollar.
