El matrimonio lenguaje y matemáticas, a nivel de reflexión, investigación y preocupación curricular tiene bastantes años. Casi podríamos afirmar que, desde el momento en que se interpreta la matemática como un lenguaje y se plantea la reflexión didáctica sobre las dificultades de los alumnos, se inician unas relaciones. En España, las relaciones se han centrado en la resolución de problemas y el lenguaje del álgebra.