Entre las técnicas populares conocidas en Canarias por artesanos, mercaderes y agricultores encontramos una que nos habla de la valoración de la capacidad de barricas y barriles. La figura del viticultor o del fiel ejecutor con su varilla de medir introduciéndola en la boca del barril y evaluando de inmediato el volumen que éste aforaba era particularmente popular en las zonas de raigambre vinícola de Canarias. Su recuerdo ha perdurado y aún en la actualidad es rememorado por bodegueros y vinicultores.