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4. An�lisis comparativo

 

En un intento por analizar comparativamente ambas posiciones podr�amos caer en la tentaci�n reduccionista de analizar las metodolog�as de investigaci�n que se derivan de cada una. Este ha sido el punto de vista de varios autores, aunque con planteamientos dispares: para algunos los m�todos son incompatibles y para otros es posible integrarlos. Aunque reconozco que esta parte del an�lisis tiene importancia, me preocupa que pueda oscurecer el punto central relacionado con las profundas diferencias en el plano epistemol�gico, que a mi parecer es lo m�s relevante. Desde este punto de vista, aparecen como irreconciliables.

Para el positivismo, como hemos indicado, es v�lido asumir que el sujeto cognoscente puede acceder absolutamente al objeto por conocer y que adem�s, puede hacerlo por medio de un m�todo espec�fico v�lido para todos los campos de la experiencia. En la concepci�n dial�ctica del conocimiento el sujeto construye el objeto, y no hay posibilidad alguna de que el sujeto acceda absolutamente al objeto, pues el acceso al objeto de conocimiento est� mediado por las experiencias previas del sujeto, sus creencias, temores, preferencias, etc.

Para el paradigma positivista la realidad es �nica, puede ser fragmentada para su an�lisis y las partes pueden ser manipuladas independientemente. De acuerdo con la concepci�n dial�ctica del conocimiento existen m�ltiples realidades construidas por cada persona, por lo tanto, el estudio de una parte est� influida por el estudio de las otras partes de esa realidad.

Para el paradigma positivista el sujeto y el objeto son independientes. En la concepci�n dial�ctica del conocimiento el sujeto y el objeto interact�an de manera dial�ctica, es decir, se modifican mutuamente y por tanto, son inseparables.

El enfoque positivista considera que es posible establecer leyes generales, que son permanentes independientemente del tiempo. En la concepci�n dial�ctica del conocimiento no podemos admitir la posibilidad de hacer generalizaciones. Tenemos que trabajar con hip�tesis de trabajo limitadas a un tiempo y a un espacio particular. El contexto, por tanto, juega un papel muy relevante seg�n la concepci�n dial�ctica del conocimiento.

El enfoque positivista asume que es posible establecer las causas de los hechos. En la concepci�n dial�ctica del conocimiento se parte de que los fen�menos tienen m�ltiples factores asociados y no unas pocas causas, por esta raz�n, no interesa enfocar el estudio en la �ptica causa-efecto. Interesa en este enfoque m�s bien el abordaje de los procesos y sus propias particularidades, estudiando los esquemas de relaciones complejas y no tanto la b�squeda de relaciones determinadas de causa y efecto.

El enfoque positivista asume que es posible desarrollar una investigaci�n libre de valores. En la concepci�n dial�ctica del conocimiento tenemos que aceptar que los valores del investigador, del contexto particular en la que se realiza y de las teor�as que la fundamentan, etc., tienen importancia y determinan los resultados.

La investigaci�n positivista tiene un enfoque metodol�gico predominantemente cuantitativo, mientras que la investigaci�n que se deriva de la concepci�n dial�ctica del conocimiento debe privilegiar los enfoques cualitativos.

En el enfoque positivista se parte de teor�as previamente seleccionadas de la cual se extraen, por un enfoque hipot�tico-deductivo, hip�tesis que se desea contrastar en la investigaci�n para confirmarlas o desecharlas. En la concepci�n dial�ctica del conocimiento la teor�a que se acepta en el marco de la investigaci�n es la que tiene relaci�n m�s directa con el tema investigado o la que se desprende de ello.

La investigaci�n en el enfoque positivista se realiza en laboratorios especialmente dise�ados o ajust�ndose a condiciones previamente establecidas, como la selecci�n de muestras estad�sticas. La investigaci�n que se orienta por la concepci�n dial�ctica del conocimiento se debe desarrollar directamente en el sitio en el que se da ordinariamente el fen�meno.

Por otra parte, no comparto la posici�n positivista r�gida que establece que tanto las ciencias naturales como las sociales pueden hacer uso de la misma metodolog�a de investigaci�n. Creo que los argumentos expuestos por pensadores como Dilthey, en el sentido de que en los estudios de las ciencias sociales es imposible separar el pensamiento de las emociones, la subjetividad y  los valores, son v�lidos y deben reflejarse en la forma en la que abordamos la investigaci�n en estos campos. La complejidad del mundo social presenta cambios constantemente y es imposible establecer leyes similares a las existentes en las ciencias naturales.

Mart�nez (1997), con cierta crudeza, califica de  �realismo ingenuo� la posici�n que asume que fuera de nosotros existe una realidad totalmente hecha, acabada y plenamente externa y objetiva, y que nuestro aparato cognoscitivo es como un espejo que la refleja dentro de s�, a la manera de una c�mara fotogr�fica.

 

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