Desde una visión humanista de la educación y con el anhelo de contribuir a la construcción de una sociedad de mujeres y hombres autorrealizados; entendemos que la resolución de problemas constituye una propuesta idónea en la enseñanza de las matemáticas y el contexto favorable para promover el desarrollo integral del alumnado, generando tanto oportunidades de aprendizaje como oportunidades de desarrollo socioemocional. Considerando como detonantes el error matemático y las dificultades afectivas que se despiertan en el propio aprendizaje, se plantea la necesidad de solventar la deuda histórica de la enseñanza de las matemáticas, a partir de un planteamiento que integre la componente emocional al proceso educativo.