Es muy común encontrar en distintos textos la mención sobre la importancia que se le debe otorgar a la resolución de problemas, así como también - sobre todo últimamente - leer sobre la necesidad de recurrir como una herramienta fundamental a la resolución de situaciones problemáticas, pero también es muy común encontrar que no existe una concepción muy clara respecto a las diferencias que existen entre el ejercicio, el problema y la situación problemática cuando generalmente, si se hace un análisis un poco profundo, se nota que se consideran casi como sinónimos, y se deja de lado la concepción verdadera de los mismos, y se olvida – o se desconoce – la enorme y fundamental diferencia que los define como dos conceptos relacionados pero absolutamente distintos.